Las esculturas de Adrián Martínez hablan de la naturaleza
y la fertilidad de la Tierra. Su obra comienza como un homenaje a su madre, en forma de agradecimiento por todas sus enseñanzas, y va encontrando en su camino nuevos y profundos motivos para sus creaciones: las figuras con picos representan al Pochote, árbol sagrado de los Binni Zaá, el color azul representa la fertilidad y la abundancia, el color negro representa la muerte como algo cíclico. Cuando combina el color rojo y el negro representa la sabiduría, las energías de la noche y el día, izquierda y derecha, la dualidad constante.
Su trabajo es el resultado de la fusión estilizada de los
pensamientos fragmentados, expresados a través de la arcilla. Las creaciones de Adrían, conjugan detalles al igual que técnica y diseño, haciendo presente fusiones representativas de su legado siempre preservando la esencia. Las técnicas que usa son ancestrales, caracterizadas por el uso de materiales naturales.
La obra de Adrián Martínez se ha exportado a alrededor de
35 países, con exposiciones en países como: Israel, Dinamarca, Japón, Corea, China, Estados Unidos, Brasil, entre otros. Ha colaborado con artistas de talla
mundial. En 2019 junto con su amigo ceramista, Rodrigo Treviño, colaboró con los artistas: Kenny Scharf y Elena Stonaker; en Oaxaca ha trabajado con el maestro Adán Paredes, Luis Zarate, Mariana Castillo Deball, entre otros.